Villa O’Higgins es reconocido a nivel turístico por ser la ‘Capital de los Glaciares Patagónicos’, o también por ser la última localidad de la Carretera Austral, pero incluso más allá de donde está el icónico letrero que dictamina esto, aún hay gente que ha decidido vivir sin los privilegios de un pueblo normal, pero con la tranquilidad de vivir bajo sus propios términos, cientos de kilómetros hacia el interior del Lago O’Higgins.
Decenas de pobladores que hacen un sacrificio tremendo para poder vivir como a ellos mejor les parece, pero que no los desplaza de su condición de ciudadanos, aunque así parezca a veces, debido a la dificultad que tienen para poder llegar a sus casas luego de ir por provisiones básicas, tanto para ellos, como para sus animales, que son el principal sustento de las personas que viven en los distintos sectores del Lago.
Actualmente solo hay un servicio que está disponible para el transporte de estas personas: ‘La Soberanía’, la lancha de doña Florentina Bahamóndez, de 62 años, quien tiene un acuerdo directo de subvención con el Ministerio de Transportes para hacer tres viajes al mes, desde Bahía Bahamóndez hacia el resto del Lago.
Algo parece mejorar las condiciones el hecho de que se pueda ofrecer este transporte, pero basta con hacer un par de preguntas para notar que este mismo también cuenta con condiciones adversas para su óptimo funcionamiento: la falta de muelles en los distintos sectores del Lago.
En el viaje realizado por ‘La Soberanía’ el viernes 16 de junio del presente año, se hizo visita a nueve sectores en el interior del Lago para dejar pasajeros y/o cargue y descargue de provisiones, pero solo uno de ellos tenía un muelle en buenas condiciones: Candelario Mancilla, que además es de los más cercanos a Bahía Bahamóndez.
En tanto los demás, Bahía Pescado, Once Hermanos, La Carmela, Río Cóndor, Laguna Colorada, El Manso, Isla Central y La Morocha, necesitan de la habilidad del capitán de turno para poder atracarse y también de la destreza del tripulante para poder llevar a cabo las labores de cargue y descargue. En este caso, Rafael Arratia y Richard Lancaster, quienes respectivamente cumplen esas funciones en ‘La Soberanía’.
Pasado Candelario Mancilla, hacia el interior del Lago, el mejor aliado de la tripulación, por raro que suene, son los roqueríos. Estos permiten amarrarse a tierra firme, y el segundo mejor aliado es el ‘zodiac’ que tiene doña Florentina abordo. Este pequeño bote sirve para hacer los miniviajes entre el lugar que permite atracar al capitán, y la orilla de los sectores visitados, y de esa forma llevar a los pasajeros y transportar las provisiones desde y hacia la lancha. Sino, sería imposible.
El sector en el que es más dificultoso cumplir con las labores es La Morocha, donde, al igual que en la mayoría de lugares, hubo que atracar en un roquerío. En este lugar hay una especie de rampa, pero está cruzando el Lago, al frente de donde viven los pobladores, por lo que tampoco sirve para realizar el cargue y descargue de provisiones. En este sector los tripulantes tuvieron que hacer una especie de puente con una escalera y un tablón entre la embarcación y el punto más cercano de la orilla, y así mover las provisiones: sacos de concentrado, carne, gas, etc.
Doña Florentina remarcaba las complicaciones que había en cada lugar donde había que parar para cumplir con las faenas encomendadas, aunque están a simple vista para cualquiera que haga estos viajes: la falta de muelles es evidente. No es una tarea fácil de realizar, debido a lo aislado de las localidades, pero aún así parece un problema que debe tener solución, para darle dignidad a estas personas que, se quiera o no, siguen haciendo soberanía.
Solución a la vista
El Director de Obras Portuarias de la Región de Aysén, Álvaro Díaz, explicó el plan que tiene la DOP para solventar estas complicaciones: “tenemos la seguridad de que el próximo año vamos a licitar los diseños, luego de haber hecho una visita al Lago, que está pensada para este año. Eso ya es el inicio para poder concretar la infraestructura. Tenemos la certeza de concretarlo el próximo año y eso es lo importante”.
Como bien manifiesta la autoridad portuaria, se necesita realizar un trabajo de análisis durante lo que queda de 2023, para avanzar con las licitaciones el próximo año: “la iniciativa que ya está programada es la de nueva infraestructura para el Lago O’Higgins, y dentro de eso debemos saber priorizar en qué sectores, porque tampoco tenemos la libertad de poder elegir cinco o seis muelles. El presupuesto es acotado y los recursos deben ser bien utilizados”.
Díaz asumió la Dirección de Obras Portuarias de la Región de Aysén en julio de 2022, y ante la pregunta de si ya existía un plan anterior para la infraestructura del Lago, respondió que: “la priorización de esta iniciativa en especial fue algo que yo decidí el año pasado cuando asumí la dirección. Esto en conjunto con la elaboración del plan de conectividad de la región que hicimos es donde yo aproveché de colocar todas estas iniciativas que estaban un poco dormidas y no priorizadas”.